INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN ASTRONÓMICO Y AEROESPACIAL PEDRO PAULET

La primera imagen del telescopio Webb de la NASA es nuestra visión más profunda del universo

Lanzado el 25 de diciembre de 2021, el JWST es el telescopio más potente que jamás haya surcado el espacio. Cuando los científicos lo imaginaron por primera vez hace décadas, pensaron en un telescopio capaz de remontarse a los primeros inicios del universo, cuando las primeras estrellas y galaxias emergían de la oscuridad cósmica. Para ello, el observatorio, dotado con 10 000 millones de euros, ve el cielo en luz infrarroja, es decir, en longitudes de onda ligeramente más largas que las que pueden percibir los ojos humanos. Una vez que las imágenes están en el suelo, se colorean utilizando una paleta que corresponde a las diferentes longitudes de onda infrarrojas. A lo largo de los años, los múltiples retrasos, los errores durante el montaje, los excesos de presupuesto y una controversia constante sobre el hombre que da nombre al telescopio plagaron el viaje del JWST al espacio. Pero una vez allí, el telescopio realizó con éxito una compleja rutina de despliegue con cientos de pasos complicados. El espejo de seis metros de diámetro del observatorio se desplegó, el parasol de varias capas se abrió y los instrumentos se enfriaron hasta casi el cero absoluto.

Tras un viaje de más de un millón de kilómetros al espacio, el nuevo observatorio insignia de la NASA, el telescopio espacial James Webb, ha capturado su primera serie de imágenes a todo color del universo. En un evento especial, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha desvelado una de ellas, en la que miles de galaxias lejanas salpican un mar cósmico de tinta. “Es una nueva ventana a la historia de nuestro universo”, dijo Biden durante el acto. ” Y hoy vamos a echar un vistazo a la primera luz que brilla a través de esa ventana”. La imagen es la primera toma del JWST, de lo que los astrónomos llaman una imagen de campo profundo, cuando el telescopio echa una larga mirada a una pequeña parcela del espacio, recogiendo la luz tenue y revelando objetos extremadamente distantes. Tal y como se ve a través del agudo ojo infrarrojo del instrumento, esa pequeña parcela está poblada por galaxias arremolinadas, brillantes y magníficas, algunas de las cuales existieron hace más de 13 000 millones de años, cuando el universo era todavía un bebé. “En esa imagen se ve la visión más profunda del universo, jamás vista”, dice Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la dirección de misiones científicas de la NASA.